Anna Pérez-Quintana, directora del Departamento de Economía y Empresa de la Facultad de Empresa y Comunicación (FEC) presentó el viernes 12 de enero las conclusiones de un estudio sobre el sesgo de género en el mundo académico en Sevilla, en el marco de una estancia de investigación en la Universidad Pablo Olavide.

Durante su intervención, organizada por el Centro Interdisciplinar de Estudios Feministas, de las Mujeres y de Género (CINEF), expuso las conclusiones de la segunda edición del informe «El sesgo de género en el reclutamiento, la promoción y la retención del personal en las universidades (2023)», encargado por la «Xarxa Vives d’Universitats» y coordinado por Anna Pérez-Quintana. Los resultados, dijo, muestran la situación y la evolución de la presencia y participación de las mujeres en las universidades con el objetivo de convertirse en un instrumento para la definición de políticas de impulso de la igualdad de género en relación con los distintos colectivos de las comunidades universitarias (estudiantado, personal docente e investigador y personal de administración y servicios).

Según explicó Pérez-Quintana, el estudio concluye que sigue existiendo una segregación horizontal en cuanto al alumnado, de forma que se mantienen las carreras feminizadas (salud, educación y artes) y las masculinizadas (ingeniería y arquitectura). Las mujeres obtienen los mejores resultados en las tasas de rendimiento, éxito y abandono de los estudios en comparación con los hombres, siendo mayoría en los estudios de grado y de máster. Es en el momento de leer la tesis doctoral cuando el número de hombres supera por primera vez al de mujeres.

Pérez-Quintana prosiguió diciendo que la presencia de las mujeres en el liderazgo y la dirección de proyectos de investigación había aumentado respecto a los datos recogidos en el informe de 2019. Los resultados indican que la brecha de género entre categorías profesionales del profesorado se mantiene, con cierta tendencia a cerrarse, a excepción de cargos superiores, como los de rector, catedrático o profesorado emérito, que siguen siendo fuertemente masculinizados. En cambio, el personal de administración y servicios (PAS) es todavía un colectivo feminizado, excepto en los casos de los cargos de gestión.