“Los microplásticos como vectores de microorganismos” per Divulga Medioambiente

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Pescadors de Plàstic comença una col.laboració amb el blog de divulgació ambiental “Divulga Medioambiente” liderat per l’investigador Sergio Martínez-Campos Gutiérrez. En aquest blog es publiquen de manera regular notícies sobre recerca i medi ambient, i algunes d’aquestes tracten sobre la contaminació per plàstics. Avui, us portem una entrada en castellà on s’explica el rol que poden tenir els microplàstics com a vectors de microorganismes: 

Los microplásticos como vectores de microorganismos

La contaminación por plásticos se considera actualmente uno de los problemas ambientales más graves. En anteriores artículos hemos descrito este gran problema, e incluso, os hemos brindado algunas opciones para reducir la producción de residuos, entre los que se incluye el plástico. Hasta ahora nos hemos enfocado en las consecuencias ambientales más conocidas y evidentes, como la gran acumulación en el medio de este material, la ingesta de plásticos y microplásticos por la fauna o su capacidad para absorber contaminantes y liberarlos en entornos acuáticos. Pero el foco de este artículo queremos ponerlo en la posibilidad de que los plásticos actúen como vectores de microorganismos en medios acuáticos, asunto en el cual se centran cada vez más investigaciones.
A grandes rasgos, cuando hablamos de vectores de microorganismos nos referimos a cualquier soporte que permita el transporte de estos, facilitando que lleguen a localizaciones que resultaría imposible si estos se encontrasen en fase libre en el medio. Explicado de una manera más coloquial, es como si los microorganismos utilizaran los plásticos como un vehículo. De hecho, en muchas ocasiones, los microorganismos prefieren apoyarse sobre un sustrato, lo que les facilita su crecimiento y les permite construir un biofilm. Un biofilm es por sí mismo un ecosistema constituido por una o más especies microbianas que excretan una especie de moco pegajoso (llamado propiamente matriz extracelular) que permite la fijación de los microorganismos, brindándoles de una mayor resistencia a las condiciones ambientales o a las sustancias antibióticas. Una vez constituido, el biofilm puede ir liberando de nuevo ciertos microorganismos al medio o pueden soltarse mediante un traumatismo o golpe.
En primer lugar, todos los plásticos constituyen un soporte adecuado para los microorganismos, pero son los microplásticos (aquellos cuyo tamaño es inferior a 5 milímetros) los que tienen mayor interés. Esto se debe a que, debido a su reducido tamaño, su transporte y su baja densidad, provoca que puedan ser elevados por el aire y alcanzar medios de difícil acceso como lagos de alta montaña o lagunas árticas. Ello, unido a la protección que brinda el biofilm a los microorganismos, facilita la introducción de especies alóctonas, con las graves repercusiones ecológicas que implica. Un ejemplo es el caso de las cianobacterias, las cuales en su mayoría están dotadas de toxinas que pueden ejercer un efecto muy negativo en las especies no adaptadas a las mismas.

Desarrollo del biofilm sobre los microplásticos (Fuente: Rummel et al, 2017)

Además, los microplásticos, debido a su reducido tamaño, su elevada cantidad de poros e irregularidades en su superficie, puede ser colonizado por una gran cantidad de microorganismos. Un estudio indica que siexistiese una sola esfera de microplástico de 1 mm por cada metro cúbico de agua, la superficie que ocuparían estos plásticos sería 4,2 millones km3, ¿podéis imaginar la cantidad de microorganismos que pueden adherirse en una superficie tan enorme? Como referencia, la superficie de la tierra es de 510 millones de km3.

En un ámbito que quizá nos interese más porque nos repercute a nosotros mismos, estos microplásticos pueden portar bacterias patógenas de difícil eliminación y que pueden afectar al ser humano. De hecho, en el Norte del océano Atlántico se han encontrado microplásticos con especies patógenas para el ser humano del género Vibrio (asociadas con casos de gastroenteritis).

Este problema es mucho más grave de lo que podamos llegar a creer en las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR). De una manera tanto consciente como no, vertimos un montón de microplásticos al desagüe (por ejemplo, muchas crema usadas habitualmente tienen microplásticos en su composición). Además, tenemos que unir esto junto a que también tomamos antibióticos en exceso que, por proceso natural, acaba en las deposiciones, de ahí pasa al alcantarillado y a las EDAR, provocando que sus bacterias se vuelvan resistentes debido a mutaciones genéticas. Si combinamos la capacidad de los microorganismos resistentes a antibióticos con los microplásticos y dejamos salir el agua del sistema, estamos provocando que se diseminen genes de resistencia a antibióticos, desembocando en un gran problema de salud a medio plazo, agravando el ya preocupante problema de los microplásticos.

La influencia del ser humano en el medio ambiente es innegable. Normalmente lo modificamos conscientemente, construyendo carreteras y ciudades, extrayendo recursos del medio o implantando cultivos. El problema es que muchas veces solo valoramos el beneficio económico sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo. Y es que, si seguimos alterando el medio ambiente sin meditar las consecuencias de nuestros actos, el mundo está muy cerca de acabar en una situación de no retorno.
Fuentes de consulta:
  • Amaral-Zettler, L.A., et al., The biogeography of the Plastisphere: implications for policy. Frontiers in Ecology and the Environment, 2015. 13(10): p. 541-546.
  • Kettner, M.T., et al., Microplastics alter composition of fungal communities in aquatic ecosystems. Environmental microbiology, 2017. 19(11): p. 4447-4459.
  • Oberbeckmann, S., B. Kreikemeyer, and M. Labrenz, Environmental Factors Support the Formation of Specific Bacterial Assemblages on Microplastics. Frontiers in Microbiology, 2018. 8(2709).
  • Rummel et al., Impacts of biofilm formation on the fate and potential effects of microplastic in the aquatic environment. Environmental Science & Technology, 2017, 4: 258-267.
  • Zettler, E.R., T.J. Mincer, and L.A. Amaral-Zettler, Life in the “plastisphere”: microbial communities on plastic marine debris. Environmental science & technology, 2013. 47(13): p. 7137-7146.

Autor: Sergio Martínez-Campos Gutiérrez

Podeu trobar l’entrada original del blog “Divulga Medioambienteaquí.

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