Igual que la economía se ha desvinculado progresivamente de la satisfacción de necesidades, para centrarse en la producción indiscriminada de bienes y servicios para el mercado, las instituciones públicas se han desapegado de los intereses de las comunidades a las que se debían. El sistema agroalimentario es uno de los ejemplos que ilustran ese conflictivo proceso de desarraigo social y de desterritorialización, con las injusticias sociales y las problemáticas ambientales que conlleva.
Ante este fenómeno se ha ido configurando una alternativa en torno a la noción de agroecología: una propuesta que es simultáneamente una ciencia y una forma de conocimiento, un modo de manejo agronómico y un movimiento social que pretende transitar hacia la democratización y la sostenibilidad del conjunto de la cadena agroalimentaria.
El libro “Arraigar las instituciones. Propuestas de políticas agroecológicas desde los movimientos sociales” (Libros en Acción) surge ante la visión, compartida por mucha gente ligada a la agroecología, de que es el momento para movilizar recursos, intentar saltos de escala, arriesgar en la coproducción de políticas públicas y provocar pequeños cambios de tendencia que sean irreversibles: desde la regulación de la transformación en finca y la venta en circuitos cortos, al fomento de los usos agrarios del territorio, el compostaje descentralizado y la soberanía sobre la biodiversidad agraria, la facilitación del acceso a la tierra y la relación entre espacios protegidos y espacios agrarios, pasando por la compra pública, los itinerarios formativos o la transformación socio-cultural de la percepción de lo agro, entre otros ámbitos. Miradas y propuestas rurubanas, feministas, campesinas, académicas, sindicales, conservacionistas y técnicas de casi cuarenta autoras se integran en más de treinta capítulos repletos de herramientas concretas para el diseño y la promoción de procesos de transición agroecológica desde las administraciones públicas.
Igual que las semillas esperan bajo la nieve la llegada de condiciones propicias, la sacudida sociopolítica provocada por el 15M ha dejado la tierra removida, pronosticando un periodo fértil para que germinen nuevas prácticas también en forma de políticas públicas agroecológicas.